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¿Qué es la Brecha de Género Financiera y cómo la cerramos?

3 mins de lectura

La brecha de género financiera es la diferencia desigual que existe entre hombres y mujeres en cuanto a servicios y beneficios financieros, como también hablando específicamente de remuneraciones económicas por las labores realizadas.

Las mujeres estamos logrando un gran avance al posicionarnos en cada vez más sectores laborales, ocupar puestos de trabajo que antes eran exclusivos para el género másculino y ganar un salario menos disparejo. 

Aún así, parece que el camino a la equidad financiera aún es largo, si miramos hacia los distintos componentes que engloban la función económica.

¿Cómo se distingue la brecha de género financiera?

Para entender la brecha de género financiera no es necesario entrar al fondo de cada empresa, negocio o departamento, pues podemos observar a simple vista las diferencias que existen entre la participación de los hombres y de las mujeres.

Voltea a ver a tus compañeros de trabajo, conversa con tus amigos o habla con tus vecinos, incluso mira dentro de tu propio hogar: no obtenemos lo mismo.

Aquí te ponemos tres ejemplos en los que esta inequidad se proyecta:

Laboral

La pandemia trajo como consecuencia un alto porcentaje de desempleo, del cual las más perjudicadas fuimos las mujeres. Un estudio hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020 dio cuenta de la brecha de género financiera en lo laboral, pues reveló que de los 2,1 millones de empleos perdidos, el 71% de ellos eran trabajados por mujeres; esto quiere decir que de cada 10 desempleados 7 son mujeres. 

Otros puntos para diferenciar la participación entre hombres y mujeres en el campo laboral son:

  • Los hombres tienen mayor oportunidad de conseguir un empleo y que éste sea de una categoría más alta en comparación con el de una mujer.
  • Las mujeres tienen mayor dificultad al momento de conseguir un empleo con contratación formal.
  • Existen más mujeres que se encargan de trabajos domésticos; emprenden o ayudan en un negocio familiar; o son amas de casa, sin obtener una remuneración económica.

Beneficios

También podemos ver la brecha de género financiera en los beneficios (o la falta de) que obtenemos del sistema. Por ejemplo, otro estudio del INEGI muestra que gracias a los tipos de empleo que los negocios y empresas dan a sus trabajadores, el 41.3% de hombres disfrutan de una cuenta de nómina, frente a tan sólo el 21.4% de mujeres.

Del mismo modo, solamente el 16.4% de estas mujeres cuenta con un seguro de vida, seguro de gastos médicos, contra accidentes, etcétera, en comparación con el 26.1% de hombres que sí cuentan con estos beneficios.

Independencia

Tener independencia financiera es un derecho que cualquier persona debería disfrutar. Sin embargo, aún son muchas las mujeres que se ven afectadas por depender económicamente de su pareja o la figura masculina dentro del hogar.

La brecha de género financiera en la relación de pareja aún es usual y puede considerarse violencia económica. Según el INEGI, las mujeres que más padecen tal situación tienen entre 35 y 44 años. Entre estas mujeres, el 47.3% están separadas, divorciadas o viudas, y el 28.1% están casadas.

¿Cómo podemos cerrar esta brecha?

Para que logremos cerrar las diferencias que existen entre hombres y mujeres, primero es necesario darnos cuenta de que existen y de que incluso nosotras podemos fomentarlas o padecerlas.

Segundo, es fundamental hablar acerca del tema con las personas con las que nos rodeamos. ¡Así demostramos el valor que tiene la mujer en cualquier campo en el que se desenvuelva; dejamos atrás prejuicios y frenamos la discriminación! 

Y tercero, se deben crear espacios en los que se trabaje el empoderamiento de las mujeres; convencer a las empresas de que la capacidad laboral de la mujer es la misma que la del hombre y que por esto es indispensable crear mayores oportunidades en el mercado laboral formal que las incluya. 

Es vital seguir llevando el tema sobre la mesa para poder erradicar la brecha de género financiera. También es imprescindible acceder a educación financiera, para que toda mujer disfrute de su derecho a tener independencia económica.

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